martes, 10 de mayo de 2016


VILLA MAIREA

La Villa Mairea se encuentra ubica al oeste de Finlandia, en Noormakku, una ciudad de aproximadamente 600 habitantes.
 Está emplazada en una colina rodeada por un bosque de pinos y una gran cantidad de vegetación, en un terreno donde ya hay dos mansiones de la familia Ahlström.
 El edificio busca crear una integración con el paisaje. Como respuesta al clima casi glacial de Noormarkku en donde el frío predomina gran parte del año la casa fue dispuesta y diseñada en forma de L. De esta manera se protege de los fuertes vientos del Norte uno de los espacios más importantes de la casa: el patio y su vegetación.




La villa Mairea fue diseñada para el matrimonio finlandés Gullichsen, compuesto por la pintora Maire Ahelström y empresario carpintero Harry Gullicksen a mediados de la década 30. Ellos conocieron a los Aalto en 1935 cuando el matrimonio decide fundar una galería de arte de vanguardias que con el correr de tiempo se transformó en ARTEK, firma conocida mundialmente por producir los muebles y los vasos diseñados por los Aalto y de la cual Aino Aalto fue directora creativa y directora general. En 1936 ella había diseñado los interiores de la casa de los Gullichsen en Helsinki. Es así como en 1936 encargan a los Aalto diseñar una residencia que funcionara como galería, que albergase todas las obras de Maire y que a su vez actuara como residencia vacacional del matrimonio.


 

A finales de 1937 se presentó la primera propuesta de la casa, la cual no resultó ser del agrado de los propietarios debido a que se basaba en la fuerte relación de la arquitectura con lo propio del lugar, trayendo como resultado una imagen muy similar a las granjas nativas de Finlandia.
Los Aalto presentan a inicios de 1938 la segunda propuesta de la villa, la cual se caracteriza por la aparición de una serie de componentes modernos y por otra un planeamiento tradicional en la forma de situarse en el terreno y definir el espacio libre. Esta versión resulta llamativa para los clientes, más aún la aparición de terrazas voladizas, que potenciaban el carácter horizontal de la casa.

En los siguientes meses se ajustan ciertos detalles de la segunda propuesta, llegando a una propuesta final en abril de 1938 conocida como Proto-Mairea, en donde la separación entre la casa y la galería de arte quedó atrás y evolucionó a una idea espacial donde la pintura y la vida cotidiana se entrelazaban naturalmente.

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